Referencias e Investigaciones “La Microbiota y su Impacto en la Salud y el Cáncer”
Mar 05, 2024La microbiota, ese universo microscópico que reside en nuestro organismo, ha emergido como un factor esencial en la ecología interna del cuerpo humano, desempeñando un papel multifacético en la salud y la enfermedad. Este análisis se sumerge en la investigación científica para desentrañar la complejidad de la microbiota y su influencia en la progresión del cáncer.
Numerosos estudios han destacado la importancia de la microbiota en la salud, con una exploración profunda de su papel en diversas enfermedades, incluido el cáncer. La obra seminal de Korecka y Arulampalam (2012) revela la microbiota como un "verdugo, centinela o espectador", subrayando su capacidad para ser tanto un protector como un desencadenante de procesos patológicos(1). Esta dualidad se expande aún más en el trabajo de Brandi y Frega (2019), quienes exploran cómo la microbiota influye en los tratamientos basados en inmunoterapia contra el cáncer, destacando la interconexión entre nuestro sistema inmunológico y los microorganismos que habitan en nuestro cuerpo2.
La fascinante verdad de que los procariontes constituyen la "mayoría invisible" en nuestro organismo es resaltada por Whitman, Coleman y Wiebe (1998)3. Aunque no podamos verlos a simple vista, estos microorganismos desempeñan un papel destacado en nuestra biología, especialmente en el contexto del cáncer.
La carga global de enfermedades cancerígenas es extensamente analizada por la Colaboración Global de la Carga Mundial de Enfermedades Cancerígenas (2017)4. Este estudio proporciona una visión completa de la incidencia, mortalidad y años de vida perdidos debido a diversas formas de cáncer, subrayando la necesidad urgente de comprender mejor los factores que contribuyen al desarrollo de estas enfermedades.
El papel del entorno en el riesgo de cáncer es discutido en profundidad por Ashford y colaboradores (2015)5. Este estudio destaca cómo los factores ambientales pueden desempeñar un papel crucial en el desarrollo de enfermedades cancerígenas, ofreciendo una perspectiva integral que va más allá de los factores genéticos.
El impacto de la microbiota en la salud humana y las enfermedades es detallado por Zhang y colaboradores (2015)6, proporcionando una visión global de cómo estos microorganismos pueden afectar positiva o negativamente nuestro bienestar. En esta línea, el trabajo de Goodman y Gardner (2018) examina específicamente la relación entre la microbiota y el cáncer7.
Icaza-Chávez (2013) profundiza en la microbiota intestinal, explorando su papel en la salud y la enfermedad8. Este análisis detallado aborda la complejidad de la microbiota intestinal y su impacto en diversos aspectos de la salud, estableciendo conexiones esenciales para comprender mejor la relación entre la microbiota y el cáncer.
La revisión exhaustiva de Feng y colaboradores (2018)9 destaca la microbiota como un moderador integral en la salud y la enfermedad. Esta obra arroja luz sobre cómo la composición de la microbiota puede influir en diversas condiciones de salud, incluido el cáncer.
Tao y colaboradores (2020) exploran cómo los componentes dietéticos pueden dirigirse a la microbiota para afectar el cáncer, revelando los posibles mecanismos de acción de estos componentes10. Este enfoque ofrece una visión prometedora sobre cómo las elecciones dietéticas pueden modular la microbiota en beneficio de la salud.
El Consorcio Internacional del Microbioma del Cáncer (2019) emite una declaración de consenso sobre el papel de la microbiota humana en la carcinogénesis11. Este documento destaca el consenso científico sobre la importancia de la microbiota en el desarrollo del cáncer.
La obra pionera de Palmer y colaboradores (2007) se sumerge en el desarrollo de la microbiota intestinal en los primeros años de vida(12). Este estudio revela cómo la composición de la microbiota se forma desde la infancia, estableciendo las bases para la salud a lo largo de la vida.
El impacto de la dieta en la microbiota es examinado por De Filippo y colaboradores (2010)13. Este estudio comparativo entre niños europeos y africanos destaca cómo las elecciones dietéticas pueden dar forma a la microbiota, ofreciendo una perspectiva valiosa para comprender cómo la dieta puede influir en la salud y el riesgo de cáncer.
La influencia del modo de parto en la microbiota neonatal es explorada por Dominguez-Bello y colaboradores (2010)14. Este estudio revela que el modo de parto puede tener un impacto significativo en la composición inicial de la microbiota, subrayando la importancia de los factores perinatales.
La relación entre la microbiota intestinal y trastornos crónicos del intestino es discutida por DuPont y DuPont (2011)15, proporcionando una visión integral de cómo la microbiota puede estar involucrada en diversas condiciones intestinales crónicas.
El aumento de las tasas de cesáreas en América Latina y su conexión con enfermedades crónicas no transmisibles es explorado por Magne y colaboradores (2017)16, subrayando cómo las decisiones perinatales pueden tener consecuencias a largo plazo en la salud.
El estudio de Dumas y colaboradores (2006) profundiza en la contribución de la microbiota a la esteatosis hepática en ratones resistentes a la insulina17. Esta investigación pionera destaca cómo la microbiota puede influir en condiciones metabólicas que, a su vez, pueden estar relacionadas con el riesgo de cáncer.
En resumen, estas investigaciones revelan el intrigante papel de la microbiota en la salud y su conexión con el cáncer. Desde la formación temprana en la infancia hasta la influencia de la dieta y los factores ambientales, la microbiota emerge como un actor clave en la prevención y comprensión de las enfermedades cancerígenas. Estos hallazgos no solo expanden nuestro conocimiento sobre la complejidad del cuerpo humano, sino que también abren nuevas vías para estrategias preventivas y terapéuticas personalizadas. La microbiota, ese conjunto invisible de microorganismos, sigue siendo un fascinante campo de investigación que promete transformar nuestra comprensión y abordaje del cáncer en las décadas venideras.
BIOGRAFÍA
Korecka A, Arulampalam V. The gut microbiome: scourge, sentinel or spectator? J Oral Microbiol. 2012;4:9367. doi: 10.3402/jom.v4i0.9367. Brandi G, Frega G. Microbiota: Overview and Implication in Immunotherapy-Based Cancer Treatments. Int J Mol Sci. 2019;20(11):2699. doi: 10.3390/ijms20112699. Whitman WB, Coleman DC, Wiebe WJ. Prokaryotes: the unseen majority. Proc Natl Acad Sci USA. 1998;95(12):6578-83. doi: 10.1073/pnas.95.12.6578.Global Burden of Disease Cancer Collaboration, Fitzmaurice C, Allen C, Barber RM, Barregard L, Bhutta ZA, et al. Global, regional, and national cancer incidence, mortality, years of life lost, years lived with disability, and disability-adjusted life-years for 32 cancer groups, 1990 to 2015: A systematic analysis for the global burden of disease study. JAMA Oncol. 2017;3(4):524-48. doi: 10.1001/jamaoncol.2016.5688. Ashford NA, Bauman P, Brown HS, Clapp RW, Finkel AM, Gee D, et al. Cancer risk: Role of environment. Science. 2015;347(6223):727. doi: 10.1126/science.aaa6246.Zhang Y-J, Li S, Gan R-Y, Zhou T, Xu D-P, Li H-B. Impacts of gut bacteria on human health and diseases. Int J Mol Sci. 2015;16(4):7493-519. doi: 10.3390/ijms16047493. Goodman B, Gardner H. The microbiome and cancer. J Pathol. 2018;244(5):667-76. doi: 10.1002/path.5047. Icaza-Chávez ME. Microbiota intestinal en la salud y la enfermedad. Rev. Gastroenterol. Méx. 2013;78(4):240-8. doi: 10.1016/j.rgmx.2013.04.004. Feng Q, Chen W-D, Wang Y-D. Gut Microbiota: An Integral Moderator in Health and Disease. Front Microbiol. 2018;9:151. doi: 10.3389/fmicb.2018.00151. Tao J, Li S, Gan R-Y, Zhao C-N, Meng X, Li H-B. Targeting gut microbiota with dietary components on cancer: Effects and potential mechanisms of action. Crit Rev Food Sci Nutr. 2020;60(6):1025-37. doi: 10.1080/10408398.2018.1555789. Scott AJ, Alexander JL, Merrifield CA, Cunningham D, Jobin C, Brown R, et al. International Cancer Microbiome Consortium consensus statement on the role of the human microbiome in carcinogenesis. Gut. 2019;68(9):1624-32. doi: 10.1136/gutjnl-2019-318556. ↩
Palmer C, Bik EM, DiGiulio DB, Relman DA, Brown PO. Development of the human infant intestinal microbiota. PLoS Biol. 2007;5(7):e177. doi: 10.1371/journal.pbio.0050177. ↩
De Filippo C, Cavalieri D, Di Paola M, Ramazzotti M, Poullet JB, Massart S, et al. Impact of diet in shaping gut microbiota revealed by a comparative study in children from Europe and rural Africa. Proc Natl Acad Sci USA. 2010;107(33):14691-6. doi: 10.1073/pnas.1005963107. ↩
Dominguez-Bello MG, Costello EK, Contreras M, Magris M, Hidalgo G, Fierer N, et al. Delivery mode shapes the acquisition and structure of the initial microbiota across multiple body habitats in newborns. Proc Natl Acad Sci USA. 2010;107(26):11971-5. doi: 10.1073/pnas.1002601107. ↩
DuPont AW, DuPont HL. The intestinal microbiota and chronic disorders of the gut. Nat Rev Gastroenterol Hepatol. 2011;8(9):523-31. doi:10.1038/nrgastro.2011.133. ↩
Magne F, Puchi SA, Carvajal B, Gotteland M. The elevated rate of cesarean section and its contribution to non-communicable chronic diseases in Latin America: The growing involvement of the microbiota. Front Pediatr. 2017;5:192. doi: 10.3389/fped.2017.00192. ↩
Dumas ME, Barton RH, Toye A, Cloarec O, Blancher C, Rothwell A, et al. Metabolic profiling reveals a contribution of gut microbiota to fatty liver phenotype in insulin-resistant mice. Proc Natl Acad Sci USA. 2006;103(33):12511-6. doi: 10.1073/pnas.06010561. ↩